Conoce la historia de uno de los fundadores de Tétecoloh Café, empresa enlace+ del capítulo Monterrey.
Diego Guzmán y sus socios se conocieron cuando pasaban por un momento de introspección en sus vidas. Habían tenido experiencia en algunos otros proyectos pero ninguno con la pasión necesaria para resistir las subidas y bajadas en la montaña rusa del emprendimiento. En 2014 iniciaron Tétecoloh Café, el proyecto que los llevaría a ser más que sólo un negocio en el giro de alimentos y bebidas y que representaría la oportunidad de hacer algo con mayor trascendencia: “Despertar a México” y demostrar que el país está hecho de gente fuerte, trabajadora, preparada para competir a nivel internacional. Sin embargo, la idea de negocio no comenzó como lo que es hoy en día, iteraron el concepto por 11 meses hasta que en 2015 aperturaron la primera sucursal.
Los retos de emprender y tener un trabajo en paralelo
Cuando Tétecoloh Café inició, ninguno de los socios se encontraba ‘full-time’; a pesar de que cada uno estaba dedicado a diferentes departamentos, todos tenían un trabajo en paralelo, situación que les impedía tener el control o liderazgo requerido: “Nos faltaba mucho control y tener accountability con alguien más. Es una línea muy delgada entre la formalidad e informalidad cuando eres tu propio jefe, cuando todos los socios están en el mismo nivel y todos éramos parte del Consejo. Cada quien tenía su departamento y nos comprometíamos a entregar ciertas cosas del área pero luego uno no lo hacía, el otro tampoco y nadie le podía decir nada a nadie”.
Tanto para Diego como para sus socios la situación era muy abrumadora, estaban conscientes de las áreas de oportunidad que la empresa tenía pero no estaban dedicando el tiempo suficiente para solucionarlas. Asimismo, existían muchos proyectos por escrito e iniciativas por realizar; sin embargo, tampoco tenían el tiempo para implementar y dar seguimiento: “Sentíamos impotencia de no poder llevar a la empresa más allá, de no poder saltar ese círculo vicioso que nos estaba mermando el crecimiento, había áreas de oportunidad que sabíamos que ahí estaban pero que realmente no conocíamos a profundidad”.
Todos tenían la expectativa de crecer muy rápido, no obstante, sabían que existía una curva de aprendizaje y se preguntaban cómo podían agilizar ese proceso: “Era justo el momento en que dijimos necesitamos empezar a escuchar a gente externa a nosotros, gente que nos dé veinte vueltas en experiencia, que ya pasó por esto, que ya conoce la operación de este tipo de negocios. Nos dimos cuenta de que todavía no estábamos listos para llevarlo al siguiente nivel y que necesitábamos ayuda de alguien más”.
Una convocatoria que cayó como ‘anillo al dedo’
En el momento en que Diego y sus socios conocieron la convocatoria enlace+ sabían que su aprendizaje y experiencia se encontraban topados. Para crecer de una manera más rápida y tomar las decisiones correctas iban a necesitar el apoyo de alguien más, de mayor expertise en diversas áreas que aún no dominaban. Por lo cual, todo cayó como ‘anillo al dedo’: “Justo llegó la convocatoria cuando estábamos pensando en armar un Consejo formal. Estábamos viendo a quiénes invitábamos pero obviamente no había presupuesto para eso, decíamos ¿Quién conoce a alguien con este perfil? Pero cobra muchísimo… En ese momento conocimos la convocatoria, nos cayó como anillo al dedo y gracias a Dios entramos. Fue algo que estábamos buscando y hay que sacarle el máximo provecho”.
La experiencia en enlace+ y el apoyo del Consejo Consultivo
Para Diego la experiencia en enlace+ ha sido muy buena, considera que contar un Consejo Consultivo a quien reportarle les ha ayudado a tener mayor compromiso en el cumplimiento de sus objetivos y ha contribuido para dar mayor formalidad a la empresa.
Asimismo, él y sus socios valoran mucho el haber sido seleccionados entre otras empresas aplicantes: “Entrar a enlace+ es una oportunidad que no mucha gente tiene, si juegas las cartas bien puede ser una plataforma que te dispare exponencialmente”.
También, la relación con sus Consejeros y Mentores ha sido muy diferente a lo que imaginaba: “Yo creía que iba a ser más difícil llegar a ellos por el CV que tienen y sé que están muy ocupados pero han sido muy accesibles… Toda la retroalimentación que nos han dado ha sido con las ganas de aportar. Hubo una junta en donde en 3 minutos nos desarmaron por completo la presentación que traíamos y llevábamos mucho tiempo preparándola, nos hicieron 2 preguntas que desarmaron toda la estrategia, pero justo en ese momento no lo tomamos a mal, dijimos tienen toda la razón ¿Cómo no habíamos visto eso?”
El momento de dar el paso al siguiente nivel
Otra de las recomendaciones que recibió Tétecoloh Café por parte del Consejo Consultivo fue que, si querían llevar a la empresa al siguiente nivel uno de los socios debía dedicarse de tiempo completo a la empresa. Fue Diego quien tuvo que dar ese paso, lo que significó uno de los momentos más complicados para él como emprendedor, pues su trabajo en finanzas además de brindarle un futuro más seguro era algo que también le apasionaba mucho.
Despertando y transformando a México
La filosofía de Tétecoloh Café siempre ha sido buscar el despertar de México, lo que se traduce en concientizar al país sobre los beneficios de haber nacido en él y de creer que en verdad se pueden hacer las cosas, de demostrar al mundo que México está hecho de gente fuerte, trabajadora y preparada para competir a nivel internacional.
Tener una filosofía tan ambiciosa significa también la responsabilidad de representar a México con excelente calidad en la empresa. En esto, consideran que el programa les apoya para cumplirla: “enlace+ nos ha ayudado a poner esos controles, si queremos que no sea sólo un sueño sino que suceda vamos a plasmar a dónde queremos llegar con kpis, métricas, fechas. Cuando no tienes a alguien que te dé ese seguimiento fácilmente te vuelas y te vas a la parte romántica”.