Conoce la historia de la co fundadora de Tierra de Monte, empresa enlace+ del capítulo Querétaro.
Emprender no estaba en los planes de Adriana, de hecho era bastante renuente a los negocios. Pero el destino la llevó a iniciar esta travesía por una necesidad en su familia: su hija resultó ser intolerante a muchos alimentos y cuando comenzó a comer sólido todo le caía mal. Después de buscar entre muchas opiniones médicas e investigar y gracias a que es bióloga de profesión llegó a una comunidad en donde otra mamá le sugirió probar con alimentos orgánicos. Fue así como descubrió que las sensibilidades de su hija se agravaban en presencia de pesticidas y agroquímicos.En ese entonces, Adriana no tenía la oportunidad de salir de casa e integrarse a un empleo remunerado, ya que la situación de su hija requería cuidados extremos: no sólo era sensible a una gran cantidad de alimentos, sino que no era posible siquiera tocarla o compartir una cacerola con algo que previamente hubiera tenido algún tipo de alérgeno. Entendió que necesitaba hacer algo por su cuenta, pues además los alimentos requeridos no eran nada accesibles, por ejemplo un solo jitomate orgánico tenía un costo de 60 pesos; para Adriana era paradójico cómo las personas que más requieren de lo que la naturaleza brinda de forma natural son las que menos pueden acceder a ellas.
Así, tomando elementos de su historia personal y familiar así como de su carrera, comenzó a desarrollar un producto que en principio usaba en su propio jardín para cultivar los jitomates de su hija, pero que posteriormente con la ayuda de la Universidad del Medio Ambiente la llevaría a desarrollar el modelo de negocio de lo que hoy es Tierra de Monte: una empresa que crea productos biológicos que permiten incrementar la productividad y calidad de la agricultura sin causar impacto ambiental.
Los retos del emprendimiento
Al iniciar como emprendedora, Adriana no tenía conocimientos de negocios: “A los biólogos, por ejemplo a los científicos y a las científicas no nos enseñan la hoja rosa del IMSS, lo que tiene que ver con inventario, cierto tipo de liderazgo, el día a día de una organización, que los números son algo que tienes que cuidar.”
Esto, lejos de desanimarla, la llevó a buscar apoyo a través de diferentes programas desde incubación, aceleración, hasta la profesionalización. En el 2019 conoció enlace+, el cual le venía muy bien pues aunque la empresa ya tenía buen crecimiento y finanzas sanas, también comenzaba a crecer en número de colaboradores y a enfrentar otros desafíos: “Estábamos justo buscando cómo podríamos cubrir los retos y cuando vimos que precisamente enlace+ se trataba de la institucionalización y de la profesionalización en la que nos podíamos convertir de una startup a una empresa, tomamos la decisión y nos dimos cuenta de que esto era lo que necesitábamos en ese momento.”
Un inicio imprevisto
Al poco tiempo de que Tierra de Monte se integró al programa llegó lo inesperado: una pandemia mundial y con ella un cambio en los planes de la empresa. Adriana y su equipo estaban listos para exportar, sin embargo la situación y la guía de sus Consejeros los llevaron a tomar consciencia de las áreas de oportunidad que existían para concretar la exportación y decidieron aprovechar el tiempo para construir una empresa más sólida.
La experiencia de contar con un Consejo Consultivo
“Ese momento en el que ya no estás empezando, ya no estás nuevecito y todavía no tienes un tamaño y una operación lo suficientemente grande como para poder contratar expertos y tener procesos ya establecidos, ese gap me parece que es el que cubre enlace+.” Así define Adriana el acompañamiento recibido a través del programa, en el cual además de los conocimientos que adquirió, destaca en gran manera el apoyo de sus Consejeros, con quienes logró una gran cercanía y a quienes considera ‘Mentores de por vida’.
Además, asegura que fue la oportunidad de disciplinarse para mantenerse responsable, pues el programa le requirió mucho trabajo extra, el cual sin duda alguna rindió frutos. Agrega que el acompañamiento no sólo constó en la parte de estrategia y operación, sino también en el liderazgo; en el cual su Consejo le ayudó a clarificar su responsabilidad como dueña de una empresa, hacia el sector empresarial, hacia la comunidad, hacia su sector, colaboradores, país y todo el universo de personas con quienes tuviera contacto.
“Nuestros Consejeros fueron el Ing. Miguel Prieto, un agricultor súper respetado del Bajío; el Ing. Arturo González de Cosío, director del Rancho experimental del Tec; nuestro Consejero líder fue Mauricio Magaña, él es más de la administración de recursos humanos, es un gran estratega pero también un gran amigo. Durante la pandemia yo me soltaba a ‘chillar’ con él cada dos meses… jamás sentí de él otra cosa que no fuera respeto y empatía, tanto conmigo como con mi socio. Ha sido una experiencia muy enriquecedora, no solamente en la parte del conocimiento sino también en la parte personal.”
Los cambios en Adriana
Parte de los cambios que vivió como emprendedora durante la experiencia enlace+ fueron tener mayor madurez a nivel personal, lo cual representa un incentivo para aprender más, crecer más y dar más; también, adquirir más seguridad al sentirse acompañada: “Sé que no estoy sola, tengo una perspectiva mucho más amplia de lo que es el ecosistema y también de a quién le puedo pedir ayuda. Cuando entras al programa también te conviertes en parte de una comunidad… Los compañeros de mi generación tenemos un grupo de WhatsApp y existe otro grupo de todos los emprendedores enlace+, sabes que ahí vas a escribir cualquier duda y alguien te va a contestar, vas a pedir un consejo o un contacto y te lo van a dar.”
Los logros de Tierra de Monte
Para Adriana, uno de los grandes logros durante el programa fue haber convertido la pandemia en un aprendizaje y en una herramienta de crecimiento. Además de profesionalizar sus procesos y de desarrollar, en conjunto con sus Consejeros y su equipo, un producto y una metodología que han llamado la atención del gobierno mexicano para abordar el reto de la soberanía alimentaria.
Asimismo, la empresa fue reconocida en 2020 por la revista GQ con el Premio a la Sustentabilidad y Ecología y fue nombrada una de las 30 promesas de los negocios Forbes en 2021.
Generando un impacto positivo en la agricultura y la alimentación
Hoy en día Adriana y Tierra de Monte están logrando vivir su misión: hacer de la agricultura una fuente de bienestar; esto desde tres ángulos específicos: regenerar el suelo, capturar carbono para revertir el cambio climático y democratizar la comida orgánica. “Creo que cada programa, cada comunidad, cada aliado, cada aprendizaje, nos ayuda a ser más efectivos en lograr esta misión, en vivirla y ampliarla cada vez más.”